La habitual llegada a Amsterdam a través de la Estación Central de ferrocarril procede tomando Damrak, que deja a mano izquierda el controvertido Barrio Rojo y nos conduce hacia la plaza del Dam, centro neurálgico de la ciudad. No obstante, si miramos a espaldas de la bella estación de ferrocarril, hacia la bahía de Ij, hallaremos un nuevo espacio ganado a la ciudad, en el que proliferan edificios que despuntan por su arriesgada arquitectura, algunos de ellos nacidos con vocación de ser nuevos emblemas de la ciudad. En esa zona, en las llamadas islas del este y del oeste, antes ocupadas por equipamiento portuario, ha surgido una nueva Amsterdam marcada por el diseño vanguardista que bien merece nuestra atención durante una visita a la capital holandesa.
Hace unos cuantos años, los antiguos muelles construidos entre 1870 y 1930 en la zona conocida como Eilanden, en desuso tras la desaparición de los viejos astilleros de Amsterdam, se reconvirtieron en un rica zona residencial llena de modernos edificios de factura vanguardista. A esa zona, denominada Oostelijke Eilanden, se le han ido sumado otras como Nieuwmarkt en Lastage o, más recientemente, Overhoeks, entre otras. La idea ha seguido siendo la misma: recuperar viejos espacios ganados al mar para seguir creciendo, dotando además a la zona de equipamientos culturales que mantienen en la vanguardia arquitectónica a la ciudad de los canales.
Por ello, si eres amante de la arquitectura y el diseño no debes dejar pasar la oportunidad de pasear por esa amplia zona durante tu visita a Amsterdam. Un buen lugar para empezar la ruta es el hotel DoubleTree by Hilton, cuya arquitectura no es especialmente singular, pero sí nos permite disfrutar de una terraza con amplias vistas de la ciudad, que en últimamente se ha convertido en punto de encuentro de la beautiful people, el SkyLounge Amsterdam.
Siguiendo el Oosterdoksdale, un poco más adelante, nos encontraremos con la Biblioteca Central de Amsterdam, obra de Jo Coenen & Co Architekten (año 2007) y el Conservatorio de Música, de Frits van Dongen; dos modernos edificios de factura geométrica. El primero destaca por su impresionante cornisa en voladizo y el segundo por su piel de vidrio. El Conservatorio alberga hasta 5 auditorios, un foyer con cafetería, y el bloque destinado a aulario con todas sus dependencias anexas. Fue construido entre 2005 y 2007 y ocupa una superficie de 16.000 m².
Continuando nuestro paseo por la zona hallaremos dos pasarelas que conectan un puente levadizo y nos conducirán hasta el Oosterdok 2, donde hallaremos el Nemo Museum, creado en 1997 por Renzo Piano. Es un edificio emblemático, sin duda, cuya forma recuerda un barco de carga. Su característico recubrimiento de color verde se debe a la utilización del cobre como material decorativo y funcional. Alberga al Museo de la Ciencia y se ha convertido en un punto de gran interés para las familias holandesas.
Si decidimos avanzar en dirección Este y nos acercamos hasta lo que se conoce como isla de Borneo, nos encontraremos con otro edificio contemporáneo singular. Se trata de La Ballena, de Architekten Cie, bloque residencial que destaca por su forma de trapecio que rodea a un patio particular verde y se sostiene en dos de sus lados sobre sendos cubos de cristal. Antes, podemos desviarnos ligeramente al sur para localizar en la calle Prins Hendrikkade la sede del Centro de Arquitectura de Amsterdam, conocido como Arcam, y diseñada por René Van Zuuck. Construido en 2003, el edificio es una obra modesta que, sin embargo, ha logrado destacar por sus líneas onduladas y su aspecto expresionista. Se organiza en tres pisos y su fachada y cuenta con un recubrimiento completo de aluminio.
Si optamos por regresar sobre nuestros pasos, tomando el ferry gratuito que nos lleva a la zona de Overhoeks, podremos descubrir otro emblema de la moderna arquitectura neerlandesa que también sugiere forma de barco. Se trata de la sede del Instituto Holandés de Cine, conocido como ‘The Eye’ (el ojo). Situado a orillas del río Ij, este edificio singular fue diseñado por el estudio vienés Delugan Meissl, y da cabida a cuatro salas de proyección para 640 espectadores y un espacio destinado a exposiciones, biblioteca, talleres, tienda, cafetería y terraza que ocupa 1.200 metros cuadrados. Los angulosos planos que componen su fachada están recubiertos de planchas de aluminio prensado y en parte del interior esta revestido con madera oscura en contraste con la claridad del revestimiento exterior. En el hall se ha instalado un graderío que sirve de acceso al teatro y al mismo tiempo permite tener un lugar abierto a modo de foro público ideal para el debate sobre las películas que se proyectan en el edificio. En este espacio abierto se ha instalado además una cafetería que se expande hasta la terraza exterior y que recibe luz de grandes cristaleras. El proyecto se concibió en 2005 y su finalización concluyó en 2011.
Enfrentado a The Eye, en la City Marina Ijdok, a unos 10 minutos caminando desde la estación de ferries, hallaremos otro ejemplo de la moderna arquitectura reciente de Amsterdam. Se trata del nuevo Palacio de Justicia, que acoge a la Corte de Magistrados y la Fiscalía General de Amsterdam. El complejo se debe a Claus en Kaan Architecten, que lo diseñaron en 2006 y fue construido en 2012. Consta de 34.000 m2 y se adapta a los parámetros definidos por Van Gameren y Mastenbroek en el plan director que elaboraron para el desarrollo urbanístico de esa zona emergente. Su diseño también responde a las necesidades funcionales derivadas de la convivencia de distintos servicios que fueron separados mediante bloques conectados entre sí por una pasarela ubicada en el quinto piso. La zona central de la Corte de Magistrados dispone de una sala pública elevada, con las salas de audiencia a cada lado de la misma, y por encima de ella las oficinas que se agrupan en torno a un gran patio.
La lista de creaciones contemporáneas es extensa, así que para no hacerla interminable, pondré coto con dos últimas referencias. La primera es la ampliación del Museo Van Gogh, concebida por Kishō Kurosawa para mejorar el acceso al citado museo, cuyo proyecto original data de 1973 y se debe a Gerrit Rietveld. El bloque ideado por el arquitecto japonés contrasta con las formas cúbicas ideadas por Rietveld mediante volúmenes redondos y hunde bajo tierra el hall de acceso al museo, aportando a la vez un gigantesco lucernario a la zona de acceso.
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